SEXO EN LA TERCERA EDAD
Que
la tarta de cumpleaños tenga muchas velas no debe ser un impedimento
para seguir disfrutando de la vida. A todas las edades se puede y se
debe disfrutar del sexo, solo hay que encontrar la mejor manera para
ello.
En
relación a la sexualidad, hay una visión moralista y puritana
extendida en la sociedad, según la cual, la sexualidad en los viejos
no existe y no es necesaria, de lo contrario, si sucede no es normal.
estos sentimientos irracionales, estructurados en conductas
prejuiciosas, están extendidas en la mayoría de la población, pero
son especialmente peligrosos cuando los poseedores de ellos son
profesionales y trabajadores que tiene a su cargo la responsabilidad
de la salud psico-física de los viejos.
Las
personas víctimas del viejismo se consideran desde el punto de vista
social como enfermas, seniles, deprimidas, rígidas, asexuadas,
pasadas de moda y una cantidad de rótulos descalificadores más.
Suelen ser ignorados sus problemas físicos y mentales así como sus
necesidades económicas y sociales. La mayoría de los problemas del
envejecimiento son imputables a esa conducta prejuiciosa, pues, tanto
la postura de indiferencia y discriminación, como aquella que
considera que la vejez carece de valor, tiene consecuencias negativas
en los procesos de identificación con la mirada de los "otros"
en los individuos que envejecen, que pueden hacer suyas las imágenes
prejuiciosas y sentirse y/o funcionar como ciudadanos relegados de
segunda categoría.
En
la vejez, los significados generalizadores del prejuicio y por el
otro, el adulto mayor identificándose con esa imagen prejuiciosa y
convirtiéndose en víctima de sus propios prejuicios.
CAMBIOS FISICOS EN LOS HOMBRES
-Las
relaciones sexuales se pueden ver influenciadas, en el caso de los
hombres, por algunas alteraciones fisiológicas que se incrementan
con la edad. Los principales problemas son:
-Un
menor riego sanguíneo que dificulta la llegada de sangre al pene y,
por lo tanto, una erección completa. Este problema suele ser
provocado por diferentes patologías, entre las que se encuentran la
arteriosclerosis, la hipertensión arterial, el tabaquismo, etcétera.
-Disminución
de la testosterona (hormona masculina) y, como consecuencia, una
percepción más lenta de los estímulos que retrasa la excitación,
así como una disminución de la sensibilidad en la zona genital.
-Retraso
también en la respuesta ante los llamados preliminares (estímulos
táctiles y visuales). Esto provoca que sea necesario que el periodo
anterior al coito deba ser más largo para conseguir una erección.
-El
tiempo que el pene aguanta erecto es mucho menor y es más complicado
tener una segunda erección en corto plazo.
-La
eyaculación llega antes y la cantidad de semen expulsado es menor.
-La
lubricación también es menor, lo que dificulta el contacto con la
vagina.
-Los
orgasmos son más cortos y menos intensos que en años anteriores.
-Se
reduce el tamaño de los testículos, mientras que la próstata
aumenta.
CAMBIOS FISICOS EN LA MUJER
-Los
cambios más importantes que sufren las mujeres, una vez que empiezan
con los desarreglos hormonales propios de la menopausia, son:
-La
vagina pierde elasticidad y puede que se produzcan molestias durante
el coito.
-Es
normal que las mujeres sufran sequedad vaginal, lo que provoca una
menor lubricación y, por lo tanto, irritación o dolor durante el
coito. Es conveniente aumentar el tiempo de preliminares para tratar
de conseguir una lubricación suficiente.
-La
sensibilidad de la zona genital es mucho menor, por lo que s
necesario una estimulación previa mayor.
-Al
igual que los hombres, los orgasmos son más cortos y menos intensos
y no es habitual poder repetirlos a corto plazo.
-El
tamaño del útero y los ovarios disminuye, así como el de la
vagina, que puede llegar a acortarse y estrecharse.
Muchos
mayores se preguntan hasta qué punto puede ser seguro practicar sexo
en la tercera edad. Y es que no es raro oír extraños casos de
personas que han muerto mientras mantenían relaciones sexuales.
Aunque es cierto que puede ocurrir, son casi leyendas urbanas, puesto
que el esfuerzo que supone un coito es similar al de subir dos pisos
andando; si el corazón no se desboca subiendo escaleras, tampoco lo
hará en la cama.
Las
enfermedades más comunes que pueden afectar a la sexualidad son las
relacionadas con el aparato circulatorio, como la hipertensión, la
diabetes, la angina de pecho, el infarto de miocardio, la
hipercolesterolemia, la trombosis, la arteriosclerosis, etcétera.
Por
lo tanto, liberarse de la vergüenza y preguntar en la consulta cómo
arreglar determinado problema sexual es clave y, de esta manera, se
evitará también adoptar pautas que incluso pueden poner en riesgo
la vida del paciente
Y
es que los tabúes culturales o el pudor a hablar de ciertos temas
que se consideran muy íntimos, hacen que mucha gente decida
automedicarse para tratar de solucionar sus problemas.
MITOS Y FALSAS CREENCIAS
- No hay sexualidad en la tercera edad
- El sexo no importa a las personas maduras
- Están más preocupados por los achaques físicos
- La sexualidad está asociada exclusivamente a la reproducción
- Las personas maduras no funcionan sexualmente
- No tienen deseo
- Es fácil que sufran un infarto si practican sexo
- Los varones maduros ya no pueden intentarlo por la falta de erección
- La sexualidad es sólo el coito
- El sexo es sólo para gente joven
- Ser mayor implica dejar de tener relaciones sexuales
- Sólo tienen interés sexual los viejos/as verdes
- Sólo es atractivo lo joven y jovial
- Los mayores no se enamoran
- Todo lo sexual perjudica a la salud seriamente
- El sexo no existe en la ancianidad
- La mujer madura nunca siente nada
- En los niños y ancianos no hay sexo (tabú)
- Las personas de la tercera edad, nunca tienen interés por éstos temas
No
todas las enfermedades disminuyen la capacidad sexual. La mala salud
física o psíquica puede llevar a una disminución del deseo y a una
alteración en la respuesta sexual, sobre todo las enfermedades que
desfiguran el cuerpo o alteran negativamente la imagen corporal.
Enfermedades
cardiovasculares: los ancianos con enfermedades del corazón no
tienen que evitar las relaciones sexuales por pensar que ponen en
riesgo su vida, sino acomodar sus relaciones al máximo posible sin
que aparezca dolor en el pecho ni sensación de falta de aire. No hay
mayor incidencia de muerte súbita durante el coito que en el resto
de la población.
Hipertensión
arterial: Con una hipertensión leve o moderada no es necesario
restringir las relaciones sexuales. Es necesario revisar los
medicamentos que se toman para la tensión ya que muchos de ellos
pueden disminuir el deseo sexual.
Enfermedades
neurológicas: En los mayores con Enfermedad cerebrovascular la
actividad sexual no es causa de agravamiento de la enfermedad, la
baja autoestima, los problemas de movilidad, de comunicación y la
depresión frecuentes en estos pacientes alteran su vida sexual. En
la Enfermedad de Parkinson no hay alteración de la sexualidad si los
síntomas están controlados. En las Demencias pueden presentarse
episodios de inhibición o de exaltación de la sexualidad.
Enfermedades
pulmonares: Las relaciones sexuales no se alteran por la propia
enfermedad sino por la falta de aire, la mala oxigenación o algunos
tratamientos como los corticoides.
Enfermedades
urológicas: Son más frecuentes las infecciones urinarias tras el
coito. La insuficiencia renal crónica produce deterioro de la
función sexual. La incontinencia urinaria no deteriora la función
sexual, pero casi la mitad de los ancianos con incontinencia
reconocen no mantener relaciones sexuales por la ansiedad y la
incomodidad que supone el escape de orina no controlada durante el
coito.
Enfermedades
Osteoarticulares: No disminuyen el deseo sexual, salvo por la toma de
algunos tratamientos. El paciente debe buscar la situación más
cómoda que no le produzca dolor.
Enfermedades
Metabólicas: En la Diabetes la disfunción sexual es muy elevada
(65%), principalmente por las alteraciones circulatorias y de la
transmisión nerviosa. Las alteraciones tiroideas también alteran la
esfera sexual.
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